Las Maldiciones y el Poder de los Antiguos Textos Egipcios
Las maldiciones en el antiguo Egipto trascendían la mera superstición, formando parte esencial de su cosmovisión religiosa y funeraria. La famosa ‘maldición de Tutankamón’ es un claro ejemplo de cómo estos mitos han perdurado en el tiempo, alimentados por eventos como la muerte de Lord Carnarvon tras el descubrimiento de la tumba del joven faraón en 1922. Aunque la ciencia ha apuntado a causas naturales, como esporas de moho o enfermedades transmitidas por insectos, para explicar las desgracias asociadas a las tumbas, la leyenda sigue viva, especialmente cuando se realizan hallazgos como el reciente descubrimiento en Egipto.
Un Hallazgo Arqueológico de Gran Importancia
En Tuna al-Gebel, un grupo de arqueólogos ha desenterrado un antiguo cementerio que data de hace 3.500 años, perteneciente al período del Nuevo Reino. Entre sarcófagos de piedra y vasos canopos, se ha encontrado un papiro del Libro de los Muertos, estimado entre 12 y 18 metros de longitud, junto a figuras funerarias shabti. Este libro, utilizado para guiar a los muertos en su viaje por el inframundo, era enterrado con los fallecidos y su hallazgo en el lugar original de sepultura es extremadamente raro.
El Libro de los Muertos: Una Guía al Más Allá
Los textos del Libro de los Muertos, conocidos por los egipcios como ‘Los capítulos/libro de la marcha diaria’, contenían hechizos y guías para navegar por el Duat, el inframundo egipcio, y alcanzar el Aaru, el paraíso. Aunque no se consideraban malditos, el acceso indebido a estos textos sagrados podía ser visto como una profanación con consecuencias negativas. Los hechizos eran esenciales para evitar peligros como ser decapitado o mordido por serpientes en el más allá.
El Contexto del Descubrimiento y su Significado
El cementerio no solo albergaba el papiro sino también sarcófagos y momias de individuos de alto estatus, como la hija de un sumo sacerdote y una cantante del templo de Amón. La presencia del Libro de los Muertos indica que los enterrados poseían riqueza y poder. Los arqueólogos continúan su labor, desvelando más secretos de este sitio histórico.
