El Legado de una Estrella y el Nacimiento de Otra
En el firmamento del cine español, el brillo de Pepa Flores, conocida como Marisol, ha sido uno de los más fulgurantes. Su hija, María Esteve, nacida en Mar del Plata el 30 de diciembre de 1974, heredó no solo el talento sino también el desafío de forjar su propio camino en el mundo del espectáculo. Hija también del icónico bailarín Antonio Gades, María creció en un ambiente donde el arte era el pan de cada día, una formación que la llevaría a descubrir su pasión por la actuación.
Una Carrera Cinematográfica Forjada a Base de Talento
María Esteve debutó en la gran pantalla con ‘Más que amor, frenesí’ en 1996, marcando el inicio de una trayectoria que pronto la vería brillar por mérito propio. Su participación en ‘Nada en la nevera’ y la nominación al Goya como Mejor actriz revelación confirmaron que su lugar en el cine no era fruto del azar, sino de una esmerada dedicación. A lo largo de los años, Esteve se convirtió en una figura destacada del cine indie español, participando en obras como ‘Mensaka’ y ‘Cuarteto de la Habana’, y consolidando su fama con ‘El otro lado de la cama’.
Un Giro hacia la Danza y el Teatro en Honor a su Padre
El fallecimiento de Antonio Gades en 2004 marcó un antes y un después en la vida de María Esteve. Honrando la memoria de su padre, fundó la Fundación Antonio Gades, dedicada a promover el baile a nivel mundial. Desde entonces, su enfoque se ha centrado más en el teatro y la danza, aunque sin dejar de lado apariciones televisivas. Su labor como CEO de Tamirú Producciones Artísticas y la reciente recogida del Goya de Honor en nombre de su madre, demuestran que María Esteve sigue fiel a su arte, eligiendo un camino de felicidad y realización personal sobre la fama efímera.
