The Night Eats the World, el silencio de los zombies (Crítica) - INTERNERDZ.COM

The Night Eats the World, el silencio de los zombies (Crítica)

Una película francesa que muestra un lado muy diferente para el cine de Zombies. The Night Eats the World nos muestra el declive emocional que puede traer consigo una situación anormal, horrenda y demasiada soledad.

Todo gira en torno a Sam (Anders Danielsen Lie), quien decide ir a casa de su ex novia a buscar las cosas que allí había dejado. Se encuentra que ella está dando una gran fiesta y termina siendo enviado, para su fortuna, a una habitación donde se encierra y se queda dormido. Al despertar se encuentra con un París que ha sido devorado por zombies en una sola noche. Es donde empieza una carrera por la supervivencia y la inmediata adaptación a un mundo que no ha dejado rastros de lo que ha pasado.

París que ha sido devorado por zombies en una sola noche.

Una película con escasos diálogos, que compensan en gran medida con un gran impacto visual. El sonido es casi imperceptible, ya que ni siquiera los zombies emiten sonido perceptible, más allá de sus torpes golpes al caminar. Todo esto crea una atmosfera de tensión a medida que vemos a Sam en sus esfuerzos por seguir con vida y mantener la cordura.

La soledad carcome tal cual como en “Bajo la Piel del Lobo”, pero de maneras inimaginables tras un mundo inesperado y que carece de sentido racional.

Aprovechan la casi ausencia de sonidos para crear gran impacto con algunos sustos necesarios para llamar tu atención y la de Sam. Todo con el fin de mantenerlo alerta, y evitar que es su falso sentido de seguridad, se descuide y termine siendo devorado.

El aislamiento se vuelve peligroso.

The Night Eats the World refleja de manera precisa y tortuosa la desgracia de vivir en un mundo aislado por tan horrendo suceso. El deterioro de Sam no solo es por su alimentación, vemos como lentamente su mente retrocede y se hace inestable. Todo esto lo lleva a conversa con una de las criaturas que ha quedado atrapada en elevador.

En cierto punto, su desesperación por la compañía de otro ser vivo amistoso, lo lleva a arriesgarse para alcanzar a un gato. Pudo haberlo atraído lentamente, dejando comida en la ventana, lejos de zombies; pero su soledad lo hacía  descuidado. Y no solo lo llevaba a intentar atraer a aquel gato, cuando las criaturas empiezan a alejarse, Sam cree que son su única compañía, y en un demencial acto desesperado, los atrae con el estruendo de tocar la batería.

Una vez rodeado de zombies, su situación emocional cae aún más en un abismo, cuando por error dispara al escuchar sonidos frente a su puerta, solo para encontrar a otra sobreviviente. En su culpable estado, intentará salvarla; no solo por la implicación moral, sino por tener esperanzas de no perder la cordura. Es así como finalmente encuentra a alguien para intentar sanar su fragmentada mente que ahora yacía hecha pedazos por llevar tanto tiempo solo.

El final de The Night Eats the World.

Acercándonos al final de The Night Eats the World, veremos como Sam termina de ceder ante los traumas y la soledad que ha vivido. La compañía de la otra sobreviviente termina siendo solo una creación de su imaginación. La joven muere mientras Sam intentaba enmendar su error, pero no hubo más nada que hacer. En su remordimiento, creó una imagen de la joven, que no era más que su propia conciencia diciéndole lo que estaba haciendo mal en la realidad y las opciones que tenía.

Claro, llegar a esta conclusión no fue cosa sencilla y mucho menos se desarrolló de forma simple. Esto debido a que empieza una real persecución, cuando los Zombies logran entrar al edificio. Eso llevaría a Sam a arriesgarse a tomar las pocas decisiones que le quedaban y abandonar su santuario o simplemente esperar a ser devorado.

Una vez, que es obligado a tomar una decisión para seguir con vida, la película nos muestra las próximas opciones que tendrá el superviviente, y las cuales deberá aprovechar en los tejados parisinos. Aun rodeado por su sórdida realidad, ahora tendrá muchas decisiones que tomar, para poder mantener la poca cordura que pudo haber rescatado

Comentarios para The Night Eats the World, el silencio de los zombies (Crítica)

Comenta